Almacena, sirve y comparte
¿Sabías que los residuos de alimentos son responsables actualmente del 8% de las emisiones de gases de efecto invernadero en todo el mundo? La buena noticia es que es muy fácil reducir el desperdicio de comida en casa. Solo debes seguir tres simples pasos: almacenarla, servirla y compartirla.
Tu impacto
Consejos y pasos de la acción
Introducción
La comida es una parte fundamental de nuestras vidas: une a las personas, nos alimenta y nos conecta con nuestra cultura. Pero actualmente el 40% de los alimentos que se producen en los EE. UU. se tira a la basura. Esto significa que también se malgasta el 40% del agua, la tierra y la energía consumidas para cultivar alimentos. Además, el desperdicio de alimentos crea metano, un potente gas de efecto invernadero. Esto no es solo un problema medioambiental: 1 de cada 6 estadounidenses tiene dificultades para poner comida suficiente en la mesa. Imagina la diferencia que podrías marcar si, en lugar de desperdiciar la comida, se la dieras a los que la necesitan.
La buena noticia es que, si cambias unos pocos hábitos, puedes reducir considerablemente la cantidad de comida que tiras. El simple hecho de almacenar bien la comida puede suponer un cambio drástico. Los estudios demuestran que hasta dos tercios de la basura orgánica del hogar se deben a una conservación inadecuada. Si a esto le sumamos un par de consejos sobre cómo servir y compartir la comida, ¡verás un antes y un después! Además, cuando reduzcas el desperdicio de alimentos ahorrarás también tiempo y dinero.
1Almacena tu comida para que dure más
Aprende dónde va cada alimento. ¿Sabías que guardar los alimentos en el lugar correcto de la cocina puede marcar una gran diferencia?
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¿Va en el refrigerador? Primero, aprende qué se guarda en frío. Echa un vistazo a esta guía sobre el almacenamiento de frutas y verduras. Para obtener más detalles sobre cualquier alimento, mira la guía de almacenamiento de SaveTheFood.com.
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¿En qué parte del refrigerador? ¿Sabías que la temperatura varía en las distintas zonas del refrigerador?
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El interior de la puerta es el lugar más caliente del refrigerador, así que allí es donde deberías guardar los artículos menos perecederos: hablamos de los condimentos, no de los huevos.
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El lugar más frío es el estante más bajo, justo encima del cajón de la verdura, de modo que este es el lugar ideal para la carne, el pescado y las aves.
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Para obtener más información, consulta el manual de tu refrigerador o esta guía sobre mitos.
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En el congelador: ¡Tu congelador es tu nuevo mejor amigo! Es el lugar perfecto para guardar muchos alimentos y que se mantengan frescos por más tiempo, entre ellos pan, carne, lácteos y otros alimentos básicos. Si tienes algo que está a punto de caducar pero crees que no lo vas a consumir, ponlo en el congelador hasta que quieras comerlo.
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En la alacena: Por último, asegúrate de qué cosas van en la encimera o la alacena. El ajo, las cebollas y el jengibre siempre deben guardarse en un lugar fresco y seco. Frutas como los duraznos, los plátanos, los caquis y los mangos también deben mantenerse en la encimera, para que lleguen a madurar completamente.
En cada una de estas zonas, sigue esta norma básica: el primero en entrar es el primero en salir. Cuando compres más lechuga, pon la nueva detrás de la que tengas empezada. Así recordarás que debes consumir primero los alimentos que más tiempo lleven.
Separa los frutos maduros. Cuando las frutas y verduras maduran, liberan una sustancia que acelera el proceso y puede hacer que todo a su alrededor madure rápidamente. Por lo tanto, coloca las frutas que maduran pronto, como plátanos, aguacates, duraznos y manzanas, lejos de otros alimentos para mantenerlos frescos por más tiempo, ya sea dentro o fuera del refrigerador.
Si quieres obtener consejos más detallados sobre un alimento en concreto, consulta la guía de almacenamiento de SaveTheFood.com.
2Sirve con cabeza
Sirve menos cantidad. Si te sirves un poco menos en tu plato, es menos probable que termines tirando esos últimos bocados que no puedes terminar. Y si te quedas con hambre, siempre podrás servirte un poco más. Todos nos hemos acostumbrado a las porciones del restaurante, pero estas suelen ser mucho más de lo que realmente necesitamos. Sírvete un poco menos y ahorrarás comida y dinero.
Aprovecha las sobras. Incluye las sobras como parte de tu plan de comidas. La mayoría de las sobras que se dejan en el refrigerador deben comerse en un plazo de 3 a 5 días (3 días en el caso de la carne, hasta 5 días para otros alimentos), pero en el congelador pueden guardarse durante mucho más tiempo.
Aprende sobre las fechas. Las etiquetas de muchos productos alimenticios especifican lo que aparenta ser la fecha máxima de seguridad. Sin embargo, estas fechas tienen distintos significados:
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Fechas de consumo preferente ("Use by", "Best by" y "Best before"): No son fechas de caducidad reguladas por la FDA. Se proporcionan de manera voluntaria para indicar el plazo de máxima calidad del producto.
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Fecha de venta máxima ("Sell-by"): Indica a los comercios el momento en que deben quitar de la venta un producto. Siempre debes comprar carne y aves antes de la fecha de venta máxima, pero si almacenas y cocinas correctamente el alimento, suele ser seguro comerlo después de unos días pasada la fecha.
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Fecha de caducidad ("Expires on"): Es la única fecha de caducidad establecida por la FDA, y solamente la encontrarás en las fórmulas infantiles.
En definitiva, al final deberás usar tus sentidos (sobre todo la vista y el olfato) y tu mejor criterio para decidir si algo va a la basura o no. También puedes usar esta guía a modo orientativo.
Las apariencias engañan. Es casi inevitable: en algún momento, los plátanos se pondrán marrones, los calabacines se ablandarán y los duraznos se magullarán. Cuando tus frutas y verduras empiecen a ponerse feas, ¡no las tires! Quítales las partes feas y piensa en una receta creativa. A continuación tienes algunas ideas.
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Mete toda esa fruta madura en la licuadora. Con un batido disfrutarás del mejor sabor y dulzura sin el aspecto desagradable de la fruta pasada.
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Inspírate en la panadería: para el pan de plátano, por ejemplo, se usan plátanos bien maduros.
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Si tienes que usar verduras, las frittatas y los guisos son dos platos fáciles en los que no importa el aspecto de los ingredientes.
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Revisa estos consejos y trucos para obtener más ideas sobre cómo reducir el desperdicio de comida y ahorrar dinero.
3Dona lo que no necesites
Revisa tu despensa. Comprar grandes cantidades para llenar la alacena es una excelente forma de ahorrar dinero y tiempo. Sin embargo, incluso las latas de frijoles se echan a perder después de unos años, por lo que es importante tener la despensa bajo control. Intenta revisarla al menos una vez por año y dona a las campañas locales de recogida de alimentos las cosas que no vayas a usar.
Ayuda a alimentar a tu comunidad. El hambre es un problema cada vez mayor en los Estados Unidos. Tu banco de alimentos local recibirá encantado tus latas de frijoles, duraznos, sopa y cualquier otro artículo no perecedero que tengas por ahí. Actualmente, en los Estados Unidos apenas el 10% de los alimentos desperdiciados se destinan a los bancos de alimentos; dona lo que no uses de tu despensa y estarás ayudando enormemente a tu comunidad.
Crédito extra: Apoya la recuperación de alimentos. Las organizaciones de recuperación de alimentos son grupos comunitarios que recogen de supermercados, restaurantes y granjas los alimentos que no se venden antes de que se echen a perder, para donarlos a bancos de alimentos, comedores sociales y otras organizaciones. Así ayudarás a reducir el desperdicio de alimentos más allá de tu hogar. Puedes participar como voluntario, donar alimentos y animar a las empresas locales a participar. Encuentra con este práctico localizador tu grupo local de recuperación de alimentos.
Por último, ¡haz compost! Asegúrate de hacer compost con cualquier resto de comida que te quede, para maximizar tu impacto.
4Calcula cuánta comida tiras
Para saber cuánta comida tiras a la basura, toma un recipiente y lleva un registro de la comida que tiras. Te recomendamos que uses un recipiente de un cuarto de galón, pero también te servirá cualquier otro tamaño si sabes el volumen. Coloca toda tu comida allí y vacíalo cuando esté lleno. Apunta la cantidad de recipientes que llenas en una semana, suma el total y escríbelo en las preguntas de acción del principio. Por último, cuando finalices esta acción, vuelve a hacer la prueba para ver cuánta basura has reducido.
Tamaños de recipientes comunes: pinta = 2 tazas, cuarto = 4 tazas, galón = 16 tazas. Si usas un recipiente de una pinta o de un galón, solo tendrás que hacer la conversión: 1 pinta = 0.5 cuartos, 1 galón = 4 cuartos.
Quizás te sorprenda el resultado. El promedio de comida que desperdicia una familia de 4 personas es el número que se muestra de manera predeterminada al principio de la acción. ¡A ver cómo lo hace tu familia!